lunes, 27 de septiembre de 2010

UN PUEBLO DE 500 AÑOS

Luego de cruzar lo que hoy llamamos Cordillera Norte y contemplar parte de ese valle que conocemos como Cibao, Alonzo de Ojeda retorno a la Villa de La Isabela sin haber encontrado las ricas ciudades de oriente a las que deseaban llegar los europeos para comercial, para informar a Colon sobre todo lo que había visto, dando su informe como resultado que el Gobernador y Virrey Cristóbal Colon tomara la decisión de hacer el mismo recorrido que acababa de efectuar Ojeda, marcando su paso con puestos militares, hasta llegar al Yucataque (poblado) del Guaricado en que vivía Guarionex, cacique de Magua; con el cual establece una alianza basada en la boda de un indio lacayo que había llevado a España a su regreso del primer viaje, con una hija de Guarionex, que le permite establecer una fortaleza al otro lado del río que Bartolomé de las Casas llamara Río Verde y la cual el llamo La Concepción, esto ocurre el 8 de diciembre del 1494.

Tiempo después este fuerte de La Concepción es trasladado por orden del Adelantado Bartolomé Colón a un lugar mas cercano al cerro en que Colón le ordenara al oficial de marina Valencia que plantara una cruz para el ir a meditar y rezar a su pie, lugar que es llamado Cerro de la Vera Cruz y que hoy llamamos Santo Cerros.

Es en este nuevo emplazamiento que La Concepción, villa que Colon designara en su testamento como el lugar en que desea ser enterrado, va a florecer para la historia cuando Fray Ramón Pane inicia en la misma el estudio de la lengua taina y la evangelización de los indios; cuando el 21 de septiembre de 1496 son efectuada en ella los primeros bautizos en América; cuando sus tierras son heridas por yemas de canas, madres de las que van a permitir producir la primera azúcar en este continente, cuando el domingo Pedro de Córdova predica frente a los virreyes Diego Colon y Maria de Toledo, fustigando la impiedad del español para con el indio, cuando el antiguo encomendero Bartolomé de las Casas oficia su primera misa; cuando el oro virgen de nuestras entrañas es fundido en crisoles extraños y transformado en lingotes que deberá la España sedienta de riqueza, cuando llega a ella Don Pedro Xuarez de Deza primer Obispo residente en América y el cual bendice el solar en que se levantara la Catedral de Santo Domingo; cuando se reúnen en ella todos los procuradores de la isla para...

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