lunes, 27 de septiembre de 2010

RECUERDOS DE SALCEDO

Salcedo, hace 41 años que me aleje de ti materialmente pero no espiritualmente. Hoy tras ese largo tiempo de mí existir y corto del tuyo, deseo conversar contigo algunas cosas de aquellos años en que era niño y luego joven.


Tenias calles que eran polvorientas en los meses de sequía y llenas de charcos en los lluviosos, tus calzadas eran desiguales en niveles, las habían con pocas pulgadas sobre el nivel de la calle y otras se alzaban hasta 40 pulgadas, en muchas habían argollas de hierro empotradas, para que los campesinos ataran sus animales.


Recuerdo aquellas recuas con sus cargas de cacao, café, carbón, plátanos, víveres y frutas; las de cacao y café con destino a los almacenes de Munne, los Brache, Antonio Salomón, Antonio Elmundisi, los Alba, Noboa, Elias Albayni, Tupi Tabar, Elias Mattar las otras, unas para el mercado y las demás para ser vendidas de puerta en puerta.


Aquellos caballos briosos, que sus jinetes hacían encabritar, marchar, galopar por la calle Doroteo Antonio Tapia para llamar la atención de los pueblitas, los burros mordedores y los mulos pateadores, los cuales eran el terror de los caminantes, la desgracia de quienes se les acercaban descuidadamente, y el regocijo de la chiquillada que acechando, apostaba a cual animal, seria el primero en morder o patear a una persona.


Deseo hablar contigo de tu parque y sus alrededores, tu parque, mi parque, nuestro parque, con sus bancos de granitos con escritos en el espaldar, sus postes de cemento con reminiscencias de arquitectura jónica que hacían juego con los adornos y las columnas del templo, con cuatro globos con sus correspondientes bombillas; sus paseos enarenados que luego fueron de baldosas, sus canteros con flores y frondosos robles, sus casuarinas en las orillas y su gran almendro que parecía saludar al otro almendro que vivía en la parte alta de la misma calle Doroteo Tapia, su glorieta en el centro, donde los domingos a partir de las 8:00 de la noche la Banda Municipal de Música bajo la dirección de Chi Gómez (Jesús Maria Gómez) y luego Camilito (José Camilo) tocaba la retreta, en la primera parte, luego del himno Nacional y una marcha militar, tocaban, Overturas, Rapsodias, Minuet, Nocturnos, Vals Vienes, partes de operas, operetas, zarzuelas y sinfonías, luego de un descanso seguía la segunda parte, en la cual interpretaba, poleas, danzas, danzones, paso dobles, rumbas, mangulinas, carabines, boleros, fasillos y merengues.


Recuerdas que en la esquina del parque frente al Club Salcedo había un aljibe que construyera Pin Hinojosa el cual recibía el agua que caía desde las nubes sobre el techo de la iglesia, la cual era sacada con una bomba que existía ente el cuartel de los bomberos y la casa de Don Firo Montes de Oca.

En la esquina formada por las calles Mella y Presidente Trujillo (hoy Hermanas Mirabal) había una gran casa de madera en la cual vivió el Padre Eliseo Bornia, luego el padrecito Nouel y su gran motora, luego los Bloise Guzmán la ocuparon y en la esquina de la casa puso Pablo Torres Rodríguez un ventorrillo, mas tarde fue ocupado por el Partido Dominicano y luego paso a ser Salón Parroquial. A su lado había una pequeña casa que mi mente asocia a los agustinos recoletos que llegaron en el 1948, el Padre Javier Iturri que fue el párroco y el Padre Cecilio Galián, después fue la central del teléfono nacional y urbano de Pelayo Rancier Co., y luego Oficina del Estado Civil; luego estaba una casa de dos pisos (hoy dos niveles) de Porfirio Montes de Oca (Firo) y Luisa de Montes de Oca, quienes vivían en el segundo piso, en el primero vivían Lolo Portes (Manuel A. Portes, vegano) y Niña Pillet (Ana Pillet) quienes vendían helados de agua de coco, leche de coco, tamarindo, guanábana y leche que hacían en una nevera, así como mabí que ellos fabricaban, refrescos naturales, batidas, dulces y bizcochos.


En la esquina formada por las calles Presidente Trujillo (hoy Hermanas Mirabal) y Duarte, la vieja casa de madera que fuera comandancia de armas, pintada de rojo, alojando el Cuerpo de Bomberos Civiles que fundaran en el 1940 Armando Hernández (Armandito) y Ticiano Bloise, la cual fue sustituida por una edificación que construyera el Club Rotarais para instalar en ella una biblioteca y tener un local para sus reuniones (el Comité de Construcción estuvo integrado por el Lic. Juan Bautista Rojas, Dr. Teofilo Loyola (abogado), Dr. Ramón Brache, Srta. Maria Josefa Gómez (Nenena). Juan Bautista Gómez, J. Boanerge Sarmiento (Bobo).


En la otra esquina la hermosa casa de madera de Ercilio Pérez y Doña Mamona, siempre pintada de blanco y los marcos de marrón, galerías en los frentes y sus hermosas palmeras en el jardín, casa que alojara luego la Junta Municipal Electoral.


En la otra esquina, el Club Salcedo, heredero del Club de Damas, centro de la vida social de la comunidad, en el mismo se efectuaban bailes el día de Reyes para los hijos de los socios, los sábados de febrero los de mamarracho y el 26 el de gala, habían bailes también el 16 de agostos, el 23 de octubre con motivo del aniversario de fundación del Club que era el 24, para este baile los hombres debían de vestir de etiqueta y las mujeres traje largo, luego el Baile Blanco de San Andrés y en diciembre los bailes de aguinaldo y el 30 el gran baile de fin de año, entre las orquestas que tocaban en el Club Salcedo estuvieron la Generalísimo Trujillo de Luís Alberty, la San José y la Angelita de la Voz Dominicana, la Hollywood de Papin Feliu (Santiago), Lira del Jaya de Quilero de Jesús (San Francisco de Macorís), Trujillo Hull del profesor Rafael Martínez Alba (La Vega), Rafael Martínez de Rafael Martínez Decamps (La Vega), Negrito Acosta, de Manuel Acosta (Negrito) (La Vega), además la de Camilito (Salcedo).





Al lado del Club Salcedo, frente al parque donde hoy hay un cine había una cancha para jugar volley ball, en la cual jugaban los equipos masculinos Enriquillo y Guaroa y los femeninos Mencia y Estrella Blanca, de los integrantes de los mismos recuerdo a Tanito Portorreal, Luís Salomón, Rafael Brache, Alejandro Vigniero (Alejandrito), Tobías Emilio Cabral Mejía, Milton Cabral Mejía (El Eléctrico), Rafael Sarmiento Cabrera, Miled Albayne Elias, Pascasio Toribio Jiménez (Paquitín), Ramón Guzmán Velásquez, Antonio Manuel Suazo Brea (El Sago), Alejandro Alejandro y Aruty, Tinito Portorreal, Maria Cristina Suazo Brea, Yuya Alba, Rosario Brache, Leda Vigniero, las hermanas Lesbiolita y Goga Fernández Camilo, Josefina Estrella y Natividad Gómez Estrella (que me excusen los otros y otras que jugaban pero no recuerdo mas nombres), además una hija del Dr. Pascasio Toribio; recuerdo haber visto jugar estos equipos contra equipos de La Vega, Moca, Santiago, San Francisco de Macorís y Santo Domingo.


Un 31 de diciembre luego de haberse proyectado la película Viva mi Desgracia, un voraz fuego arraso el teatro Apolo de Alejandro Vigniero, siendo ocupado el solar en que estaba la cancha por la edificación que levantaron Pedro Manssur y Cesar Polanco Brito para el cine, en el cual vimos al Trío Los Panchos, Tongolele, Juan Legido, Los Churumbeles de España, Los Boncheros, el Indio Duarte, las orquestas Solera de España y Anacaona (conformada por cubanas) el hipnotizador Fadman, el Dr. Pailita, Paco Escribano, Pildorín, Los Compadres y otros artistas.


Luego estaba el almacén de los Brache, en el cual compraban cacao y maíz principalmente así como habichuelas y el café cosechado por las familias Brache y Almanzar, pilas altas de latas de matenca que eran llenadas y soldadas en el patio, venta de chicharrones doraditos, crujientes y calientitos que eran fritos en grandes pailas en el patio, y Bienvenido Brache Almanzar en su escritorio de caoba detrás de una pulida barandilla.


En la esquina frontal, formada por las calles Doroteo Antonio Tapia y Duarte, la casa de alta calzada, residencia del Lic. Juan Bautista Rojas Almanzar y su esposa, Dona Amerita Goico de Rojas y sus hijas Sonia y Sofía Isabel y el varón Juan Bautista, hogar en el cual para las Pascuas de Navidad era expuesto un nacimiento con figuras de yeso y bombillos multicolores, luego de ellos mudarse a la calle Presidente Trujillo (hoy Hermanas Mirabal), paso a ser el local del comercio de Don Elias Tabar que seguía siendo llamado la Casa de Piedra en recuerdo del edificio de cemento en que estaba cerca del mercado, floreciente comercio mixto, conformado por tienda de tejidos, zapatería, pulpería y almacén de provisiones.


Los chinos, en la otra esquina, vitrinas llenas de cajas de galletas extranjeras, bizcochos, dulces, pudines, empanadillas, paicrema, neveras con refrescos, cervezas y helados de sorbete, citrinita repleta de cajetillas de cigarrillos Crema, Hollywood, Camel, Chesterfield, Habanera, Lucky Strait y cigarros; tramos llenos de bebidas criollas, Cidra, Caballito, 1852 Carta Blanca, Carta Dorada, Torito, Escudo de Oro, Solera Escudo de La Vega Real, Dos Negritos, Amargo de Berro, Barceló y bebidas extranjeras White Horse, Carlos I, Tres Cepas, Bobadilla 103, Cinzano; mesas, sillas de caoba, viajantes que sacian su
hambre con arroz con pollo, chicharrón de pollo, tostones, moro, sopa de vegetales o de pollo, arroz blanco y habichuelas coloradas, ensalada verde, mientras mitigan su sed con una cerveza o un refresco, una vellonera con discos de Bienvenido Grande, Toña La Negra, Pedro Vargas, Trío Matamoros, Jorge Negrete, Tita Guizar, Maria Luisa Landin, Benny More, Chavales de España, Los Churumbeles, Bobby Capo, Celia Cruz, Pedro Infante, Libertad Lamarque, Luís Alcaraz, Orquesta Almendra, Carlos Gardel, y mirándolo todo Jaime el Chino.

Al lado, vieja estación de gasolina, columna azul coronada con un recipiente de cristal protegido por una malla metálica, manigueta para subir el combustible, larga y negra manguera que le sacia la sed al ruidoso motor del carro Opel de Picho, al camión Fargo de Manengo, al mark de Zorrilla, al de Fati y demás vehículos, dentro, silla de barbería, Toba Ortega dedicándose ente cuentos y chistes al corte del pelo y a la afeitada, mientras en una esquina una guitarra espera que los dedos del barbero acaricien sus cuerdas.


Al lado, el Almendro Bar, vieja casa restaurada paredes blancas con ribetes verdes, mesas rectangulares, sillas de espaldar bajo e inclinado, al fondo del salón, una vellonera llena el ambiente de música, de músicos: Juan Albizu, Pedro Vargas, Toña La Negra, Xiomara Alfaro, Los Panchos, Los Tres Diamantes, Carmen Delia Dipini, Maria Luisa Landin, Alfredo Sadel, Joseito Mateo, Alberto Beltrán, la orquesta Almendro, la orquesta Aragón, Billo Prometa y la Caracas Boy, Elenita Santos, Casandra Damirón, Juan Lockward, Los Compadres, Luís Alcaraz, Luís Alberty, el Trío Reinoso, parejas que danzan, idílicos que se inician, amores que se terminan, pasados de tragos que son graciosos, borrachos impertinentes, Almendro Bar, fuiste punto de partida de muchos matrimonios, fuente en la que nacieron amistades, Hule y Guianilda tras el mostrador, en las mesas, en la pista, la juventud de mi pueblo, que cuando estaba escasa de dinero pedía el trago especial, media botella de vino Caballo Blanco, media botella de cerveza Presidente y media botella de Cidra o Caballito, lo cual era servido en un botella de Tres Cepas o de Fundación.

En la Doroteo Antonio Tapia con Mella, la casona de Don Pedro Polanco, en la esquina de la casa, su gran pulpería, después vimos en esa parte de la casa la farmacia de Nana la esposa de Cesar Polanco, la sastrería, el billar de Cesar Polanco, este ultimo regenteado por Frank Hernández y luego por Mario Sabo, recordamos las partidas de Billar de la Chiga y Sanguillo, los cuales perdían las primeras mesas frente a contrincantes recién llegados, para luego ganarles todo el capital que poseían.

En frente, la farmacia Santa Teresita de Juana González con el gran cuadro de esta Santa en la otra esquina, vieja casa de alta calzada, partido Dominicano; tienda de la Curacao, librería de Emilito Cabral con su muñequitos (hoy paquitos) del Pato Donald, Back Roger, Brig Braford, Superman, el Hombre de Hierro, las revistas Rataplan, Pif Paf y Billikes, los cuentos de Calleja, Grimin y Anderson, los libros de la editora Tor.

Después, la casa de la señorita Chea Cabral a seguidas la vieja casa de José Maria Abreu cuartel de los Boy Scouts y mas tarde de los Bomberos. Al lado, en la esquina formada por la Presidente Trujillo y la Mella una casa de dos plantas, pintada de blanco con los listones de puertas y ventanas de color caoba, es el edificio del Ayuntamiento, en el primer piso (hoy primera nivel) oficina de la Cedula, Tesorería Municipal, Conservaduría de Hipotecas, Academia de Música con sus clases de música, ensayos de la Banda, de esta partía

los domingos la misma tocando una marcha militar siendo seguida por muchachos que marchaban detrás; Cuartel de la Policía Nacional; en el segundo piso (hoy nivel) las oficinas del Sindico y del Presidente del Ayuntamiento (que entonces no cobraba) y la Sala Capitular con una gran mesa rodeada de sillas. Dos balcones a la calle Presidente Trujillo (hoy Hermanas Mirabal) y otros dos a la Presidente Trujillo en uno, una asta para la Bandera Nacional, desde estos se leían discursos en Fechas Patrias y Fechas del Jefe, pero en todos debían de haber alabanzas al dictador y algún recuerdo de los héroes de la patria. Triste fin tuvo este edificio, las llamas una noche hicieron presa del mismo, causando temor en los policías y los bomberos que tenían el cuartel en su lado, en la mente de muchos quedo la duda sobre si fue un accidente o un crimen y en los labios de muchos la pregunta. ¿Cómo se pudo iniciar este fuego en el cuarto archivo? En el cual no había instalación eléctrica.



En la esquina de enfrente, calzada alta y ancha y un gran almacén en el cual Faty compraba botellas y no recuerdo que otras cosas, pero si recuerdo recostado contra su esquina el Tío Sam con sus largas piernas, que venia los domingos de febrero desde La Vega en el tren y que se marchaba en las primeras horas de la tarde junto al mono y su domador.

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