La Cruz que Cristóbal Colon, le ordeno al oficial de la marina Alonso de Valencia levantar en el cero desde el cual admirara la gran belleza de ese valle que el denomino Real, dio lugar a que anos después españoles y criollos radicados en La Concepción, así como en comarcas cercanas y lejanas de la isla se acercaran al mismo para implorar favores divinos o dar gracias por los recibidos, dando esto lugar a que el sitio fuera llamado CERRO DE LA VERA CRUZ y que se estableciera en su cima un pequeño convento con frailes de la orden de Las Mercedes, los cuales aprovechaban las visitas de peregrinos, penitentes, feligreses y mandaderos, para predicarles sobre las bondades que su virgen patrona de Las Mercedes les concedía a quienes se acogían a sus amparo.
Oportuno es señalar que la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redentora de los Cautivos, fue fundada a principios del siglo XIII por Pedro Nolasco, quien se dice tuvo una visión de una virgen que le ordenaba fundar una congregación que se encargara de obtener la libertad de cristianos que estuvieran cautivos de los moros, en los momentos que Nolasco narraba este sueno a su confesor Raymundo de Peñafort, llego el rey de Aragón, Don Jaime, el cual de acuerdo a la historia habia tenido el mismo sueno. El Rey Jaime orden la formación de la congregación mercedaria, la cual queda constituida el 10 de agosto de 1218, fecha que corresponde a la festividad de San Lorenzo.
Los frailes mercedarios que tenían la custodia de la llamada Vera Cruz del Almirante, en ese lugar que hoy conocemos como Santo Cerro y que estaban vinculados al lugar desde la plantación de la cruz, pues según el canónigo Carlos Novel en su Historia Eclesiástica de Santo Domingo, el mercedario Juan Infante esta junto a Cristóbal Colon cuando es plantada la Cruz en la cima del cerro fueron con perseverancia propagando la devoción a la Virgen de la Merced, devoción que fue extendiéndose por toda la isla y el conocimiento de los servicios religiosos que los mercedarios prestaban y la pobreza en que vivían, movió el rey Carlos V a otorgarle tierras y una pensión que debía ser cobrada del diezmo del Rey o Real.
El 8 de septiembre de 1616, la Virgen de Las Mercedes es nombrada Patrona de la ciudad de Santo Domingo y la isla Española por los favores que concedió a sus moradores luego del terremoto del 1614, como consecuencia de esto se implementaron las peregrinaciones a venerar la Virgen de Las Mercedes en el Santo Cerro, y cada 8 de septiembre eran mas los penitentes que subían a la cima, esto hasta que a mediados del siglo XVIII, el padre Diego Rendón le solicito al rey de España que la festividad debe ser llevada al 24 del mes de septiembre, lo que es concedido mediante una Real Cedula que es expedida el 14 de agosto de 1740.
Conocemos así, que las celebraciones en el Santo Cerro con motivo de la festividad en honor a la Virgen de Las Mercedes, es una tradición religiosa en la isla desde el siglo XVI, que ha movido a feligreses de todos lso lugares de la isla a visitar el primer Santuario Mariano de América en septiembre, dando esto lugar a unas celebraciones en las cuales se ha mantenido el espíritu esencialmente religioso en el Cerro, no ocurriendo lo mismo en lo que mucho dan en llamar el pie del Santo Cerro, lugar que fue usado por un emisario trinitario para exponer mensajes revolucionarios, en las enramadas que para descansar, comer y disfrutar de un trago y música se levantan de manera temporal en ese sitio.
Festividad que se veía matizada años atrás con el colorido de los peregrinos haitianos con sus banderas de papeles multicolores y el sonido fuerte y armoniosos de sus tambores, acompañados del áspero canto de las guiras y el zumbido brillante de las maracas, y que hoy como hace siglos tiene dos facetas, una religiosa en la cumbre del Cerro de la Vera Cruz del Almirante o Santo Cerro y otra profana en donde se inicia la subida al mismo, y que llamamos, Carrera de Palmas.
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