El escudo es una arma defensiva usada en la antigüedad por el guerrero para protegerse de los golpes del arma de su oponente, a la cual los jefes de clanes le agregaron un símbolo para que sus seguidores lo pudieran reconocer y seguir durante el transcurrir de un combate.
Con el desarrollo de la sociedad feudal, el escudo del noble paso a ser la representación de el y de su casa (familia), siendo una ofensa grave su toque con una arma, ofensa que solo era borrada mediante un combate armado. Los alemanes establecieron un Código Heráldico, que fue perfeccionado por los franceses quienes lo introdujeron en España. En Inglaterra Ricardo III organizo un Colegio de Heraldos para evitar que al multiplicarse su otorgamiento surgieran similitudes.
Conforme a la heráldica en un escudo encontramos el campo, que es la superficie del mismo, los esmaltes y las figuras; pueden tener además, ornamentos exteriores.
La forma del campo saria conforme al reino de su procedencia.
Los esmaltes en la heráldica son los colores, los metales y forros. Los colores heráldicos son gules (rojo), azur (azul), sable (negro), sinople (verde), púrpura (violado), a los cuales se les agregan el carnación (color de la piel humana) y el natural (propio de animales y plantas); los forros a la vez son el armiño (colas o mosquitas negras en campo de plato) y el vero (copas invertidas o campanas de plata y azur).
Las figuras es todo lo que adorna el interior del escudo; las mismas son clasificadas en naturales, que son los elementos no creados por el hombre; artificiales, que son los objetos creados por los humanos y las quiméricas que son representaciones de seres creados por la imaginación, a estas se reagregan las figuras propias que nada significan fuera del escudo.
Hay otros ornamentos que pueden aparecer como complemento del escudo entre los cuales están los timbres, que son los que indican la nobleza, la jerarquía o la dignidad del poseedor del mismo; los tenantes o figuras humanas que los sostienen si son animales son denominados soportes y sostenes en el caso de ser cosas.
El otorgamiento de escudo de armas a ciudades y villas del continente Americano, es iniciado con los otorgados en el 1508 a la isla Española y algunas de las villas existentes en la misma por el Rey Fernando el Católico como administrador de los reinos de su hija la reina Juana I de Castillo, cuando expide una Cedula Real que fechada en Sevilla a los 7 días del mes de diciembre del año 1508, en este privilegio de Concesión de Armas a las Villas de la Isla Española , figura en orden la isla, la Villa de Santo Domingo y luego la Villa de La Concepción.
Conforme al texto original dicho escudo es descrito así: “E a la villa de la Concepción un escudo de sangre con un castillo de plata e encima del un sobre escudo azur con una corona de nuestra Señora con dose estrellas de oro”, esto traducido a un lenguaje heráldico moderno viene a ser : “en campo de gules un castillo de plata; en lo alto del Castillo, o sobre el Castillo, un sobrescudo (o sea un escudo dentro de otro escudo) de azul, con una corona de doce estrellas, de oro”.
El sobre escudo se usa en heráldica para no violar la ley que establece que no se puede poner color sobre color ni meta sobre metal; es así que al introducir un escudo dentro de otro, ambos tienen personalidad propia, por lo cual el escudo de la Concepción resulte muy interesante heráldicamente; el castillo que aparece en el mismo es señal de fuerza, de poderío, de lugar estratégico, importante; el color azul con la corona de doce estrellas son símbolos marianos, unidos al nombre de la villa, La Concepción.
En las representaciones del escudo de La Concepción se han ido introduciendo algunos elementos que le son ajenos, de los cuales los mas comunes son las líneas negras con las cuales delimitan el campo de sangre y el campo azul, las que no deben de existir, pues los campos heráldicos no deben de tener borde o bordura.
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